Por Marco Paulini Espinoza y Nelson Peñaherrera Castillo
Hace un año fuimos convocados por la campaña Un Billón de Pie para coordinar las actividades de la misma en el departamento de Piura. No teníamos más referencias que la información publicada en los medios y, en todo caso, estábamos dispuestos a aportar nuestra experiencia profesional y personal trabajando lo relacionado con la violencia basada en género (VBG) y temas afines.
Además, nos llevaba la convicción de que sí es posible provocar cambios positivos desde nuestro rol como ciudadanos sin un cargo en particular.
Al cumplirse doce meses de nuestro trabajo, todavía no podemos decir que hemos alcanzado el objetivo que nos hemos propuesto, pero sí que hemos dado los primeros pasos para que más personas se sumen y apuesten por un esfuerzo sostenido, coordinado y basado en indicadores verificables ante nuestra comunidad y ante quienes nos quieran pedir cuenta de lo hecho.
Definitivamente, dos personas luchando contra la VBG pueden marcar una diferencia pero no cambian la historia, a menos que más gente y más gente tenga la misma convicción, confíe en sus talentos, deje de lado sus agendas personales e institucionales, y se decida a formar una especie de legión que se propone derrotar a la violencia sin emplear la violencia.
Las armas, si podemos llamarlas así, aparte de la convicción son el conocimiento, la investigación, la capacidad de escucha, la habilidad de detectar necesidades, la empatía, el afecto, la democracia y la conciencia de que estamos trabajando con seres humanos y no con números o porcentajes. En simples palabras… el querer vivir en un mundo mejor.
Nunca quisimos crecer en cantidad. Lo que hemos pretendido es ir cambiando cada mente, una por una, abriéndola a los nuevos conceptos de masculinidad y feminidad para que viva mejor, para que se relacione mejor, para que eduque mejor.
Porque podría tratarse de quién lo comenzó, pero lo críticamente importante es quién y cómo lo va a continuar; porque esta semilla que hemos ayudado a plantar tiene que crecer robusta, fructificar y esparcirse tal como el viento esparce miles de otras semillitas que luego forman tupidos y altos bosques.
Y allí es donde te necesitamos. ¿Quieres ser parte de este maravilloso reto? Anda pensándolo.
Agradecemos a Mónica Sánchez, Jason Day y todo el equipo de la dirección nacional por la oportunidad. Un billón de gracias a los integrantes de los CAL Sullana e Ignacio Escudero por el tiempo, la disponibilidad, el esfuerzo y la amistad.
También gracias a todas las personas y organizaciones que a lo largo de este año nos ayudaron en este esfuerzo, tanto a las que se han mantenido, como a las que se unieron en alguna parte del trabajo o las que acaban de hacerlo.
Un agradecimiento y un abrazo especial a las instituciones educativas Flora Córdova de Talledo, Ocho de Diciembre, José Matías Manzanilla, José Cardó, Carlos Augusto salaverry, José eusebio Merino y Vinces, Amauta y Santa Sofía por ser parte del cambio. Esperamos que lo compartido sea aplicado en sus vidas, y que las mejore.
Finalmente, a ti que crees y quieres ser parte de esta revolución de la esperanza, tenemos las puertas abiertas para que te integres y hagamos realidad el mundo que siempre hemos soñado.
¿Te animas?
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